Pero tenemos que salirnos de ese círculo ínfimo y mirar más allá, más acá. Hace unos días, salió una nota a María Galindo donde habla de un sismo de sentidos. Me interesa pensar que tenemos que ser eso, sísmicxs, y hacer vibrar los feminismos, estallarnos.

Si paramos, tenemos que poder parar todxs. Lxs trabajadorxs formalizadxs y precarizadxs, lxs de la Economía Popular, lxs hacedorxs del trabajo ‘reproductivo’, no remunerado, no reconocido. Lxs que trabajan en las oficinas, las casas, los burdeles, en las calles.

Si marchamos contra la violencia patriarcal, tenemos que denunciarlo todo. Tenemos que ir contra toda forma de jerarquización; contra los modelos hegemónicos, de belleza, de familia, de cuerpos; de categorías. Tenemos que estallar(nos) contra las llamadas RadFem, contra el feminismo blanco, clasemediero, transodiante; contra toda la organización heteropatriarcal, clasista y racista.

No podemos quedarnos cortxs, ni el paro, ni nosotrxs.